Confeccionado el plato de papel maché efectuar el craquelado. Una vez seco, pasar el betún de Judea y con un trapito embebido en cera incolora, retirar el excedente de líquido envejecedor.
Transferir el diseño del mandala sobre la pieza de papel maché.
Mezclar los potes de pintura, hasta obtener una sustancia cremosa, lista para trabajar.
Depositar material color circón (tierra de siena natural) para la zona central de las estrellas, valiéndose de la espátula y el pincel. Efectuar lo mismo con el cuarzo rosa (naranja) y el unaquita (tierra de sombra natural).
Con la ayuda del pincel tomar pigmento color unaquita y ponsear sobre los dos tonos mas claros para demostrar sombra en determinados sectores. Para el caso del color más intenso (unaquita) ponsear con cristal de roca (blanco) con el efecto de iluminar.
En el sector de las hojas prevalecerá el color circón, sombreando en sectores con el unaquita para crear profundidad. Rodear todas y cada una de las hojas con el color unaquita.
Los pequeños círculos entre cada una de las hojas, llevarán únicamente cristal de roca (blanco).
La guarda final que enmarca y cierra todo el mandala es de cuarzo rosa (naranja) en cuyo interior se destacan los pequeños triángulos en color unaquita. Matizar algunos sectores de cuarzo rosa con unaquita.
Dejar secar a temperatura ambiente por el término de 24 hs,  hasta que obtenga dureza total el material.

MANDALA es una palabra de origen sánscrito y quiere decir “CIRCULO SAGRADO”. Tiene una representación simbólica que actúa como continente y, a su vez, puede contener símbolos y alegorías.