Interior de la caja: pintamos la caja color rojo, dejamos secar, lijamos y damos segunda mano dejamos secar, dar una mano de barniz brillante para proteger.
Exterior: la base de la caja tiene una cartapesta hecha con papel de seda color gris oscuro, cortamos con los dedos pedacitos de papel, pegamos superponiendo unos con otros con cola de empapelar, estiramos bien con ayuda de pincel para evitar globos de aire o exceso de material. Dejamos secar.
La tapa la pintamos color negro, damos una mano, lijamos y otra mano y secamos. Hacemos un esténcil sobre la tapa, en color blanco antiguo, sin retirar el esténcil y seco el color anterior damos una mano de blanco perlado, siempre con esponja. Dejamos secar. Con ayuda de un linner y acrílico negro trazamos líneas que nos permita lograr un aspecto de mosaico con el diseño del esténcil, es decir que vamos a descomponer cada área del mismo en pequeños pedacitos. Dejamos secar.
Damos una mano de barniz transparente a toda la tapa, dejamos secar. Con los barnices de colores y polvo de nácar comenzaremos a rellenar todos los sectores del dibujo, en forma de goteo con ayuda de pincel redondo, tomamos barniz y por separado el polvo de nácar, podemos usar varios colores por sector, recordando que la madreperla tiene muchos colores, el efecto deseado es tener una base con iridiscencia y nacarada. Dejar secar, con barniz al agua brillante y polvo de nácar, comenzaremos a gotear cada parte del diseño, dejamos secar, repetir 3 manos de goteo, dejando secar entre ambas.

Tips:
Elegir un esténcil con un diseño grande, para poder transformarlo en mosaico.
El volumen del trabajo nos dará el aspecto de incrustación.
Elegir colores suaves y colocar varios por sector. Respetar muy bien los tiempos de secado.